En otoño los días se hacen más cortos, las horas de luz disminuyen y se produce un descenso de temperaturas que suelen provocar la aparición de algunas dolencias típicas de este periodo estacional, mayormente gripes y resfriados. Esto se debe a que el organismo intenta aclimatarse con un mayor consumo de energía, lo que provoca el descenso de la capacidad de defensa frente a virus y bacterias.

Dependiendo de la luz solar existente, el cerebro envía órdenes de ciertas hormonas, principalmente la melatonina, encargada de regular el sueño, la temperatura corporal y la sensación de hambre.
La producción de melatonina crece con la reducción de las horas de luz y este incremento provoca la reducción de la hormona de la felicidad: la serotonina. Si a esto le agregamos la ansiedad generada por la tristeza, facilita que nos asalte la tentación de recurrir a la comida como refugio y consecuentemente ganemos peso, lo que no beneficia en nada a nuestras defensas.
Los mejores hábitos que debes observar durante el otoño son:
- Exponerte unos minutos al sol. Mínimo unos 10 minutos, mejor si es por la mañana, a las primeras horas. Así conservaras tus huesos sanos y conseguirás mantenerte optimista durante todo el día.
- Disfruta del paisaje otoñal y sal a pasear o apúntate al gimnasio. Lo importante es realizar ejercicio tanto para estar en forma como para reforzar el sistema circulatorio e inmunitario.
- Aprovecha las horas en casa para escuchar música, escribir, pintar y también descansar.
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